El día 21 de julio se celebra el Día Mundial del Perro; una fecha especial para homenajear a esos compañeros de vida de distinta especie que llevan siglos enseñándonos a amar, pero al mismo tiempo es un día muy importante para llamar la atención sobre el trato que les damos a nuestros compañeros. La Organización Mundial de la Salud estima que alrededor del 70% de los perros del mundo no tienen un hogar, por eso insistimos tanto en la adopción.
Para homenajear a nuestros pequeños de la casa, os contaremos un poco sobre cómo llegaron a nuestra vida.
Siempre nos habían gustado los animales, pero no fue hasta 2014 que llegó a nuestra vida Kiwi.
Kiwi
Para nosotras Kiwi se define como incondicional; fue nuestra primera perrita y llegó a nuestras vidas después de que el primer perrito que adoptamos, que era un cachorro que habían encontrado en la basura, muriera en el veterinario antes de llegar a conocerlo. así que un amigo de la familia nos trajo a Kiwi.
Kiwi es sensible, valiente y obstinada. No le gusta NADA la lluvia ni el césped mojado, le gusta sentir el viento en el pelo cuando da un paseo por el coche.
Ni
Para mí es especialmente duro hablar de Ni ya que fue nuestro segundo amor y el primero que perdimos. A Ni lo definían las palabras ternura y rebeldía. Fue un perrito que adoptamos ya de mayor y había sufrido muchísimo maltrato, venía con miedos y unos problemas de conducta bastante difíciles. Tuvimos que pasar por cuatro adiestradores distintos que nos echaran una mano con él. Al final logramos aplacar muchos de sus miedos y reforzar el vínculo. A pesar de que tenía problemas para socializar con otros perros, Ni siempre sintió debilidad por los cachorros de gato que traíamos, por los niños y por la gente mayor; era muy especial.
Ni odiaba los ruidos, los truenos y que lo cubrieran con la manta. Le encantaban las frutas como la sandía y la pera. Amaba el agua y definitivamente su cosa favorita del mundo era ir en coche.
Te echamos de menos Ni.
Cali
A Cali la rescatamos Álvaro y yo (Estefi) de una zona de chabolas donde una vecina nos comentó haberla visto aparecer sola. La buscamos durante tres días hasta que la encontramos; era un cachorro lleno de pulgas que rápidamente y después de unas cuantas visitas al veterinario, se acopló muy bien a la forma de la cama y a pesar de que pensábamos darla en adopción, Álvaro acabó quedándose con ella. Cali nos enseña todos los días lo que es no tener miedo a lo desconocido. Es curiosa, amigable, juguetona, diplomática y mimada. Adora que la cubran con la manta, el agua y los revolcones en el césped, no le gusta cuando Kiwi le echa la bronca.
Romi
Romi fue uno de tantos cachorros que nacen de camadas no deseadas por culpa de no esterilizar. Su dueño no sabía qué hacer con ella y la trajimos a casa. Era solo un bebé cuando llegó y creció siendo una perrita terremoto; se ha comido unos 3 sofás en total, ha batido récord de destrucción. Romi se definiría por la palabra mandona, definitivamente es la que da las órdenes, es la más grande de todos y se come todo lo que pilla.
A Romi le encanta romper cosas (a escondidas), el agua, la nieve y el aire libre y nunca en su vida ha tolerado que la bañen.
Satori
Sato es el menor y más consentido; fue otro perrito fruto de una camada no deseada que acabó en nuestra casa igual que Romi.
A Sato definitivamente lo podemos relacionar con los mimos y el cariño. Es nuestro pequeño mimado, pesa unos 40 kg y es puro amor; necesita atención constante.
Su mejor amiga y compañera de juego es Ari, una gatita también adoptada. Tiene muchísima energía y es muy brutote aunque cuando tiene que ser delicado, sabe que tiene que serlo.
A Sato le encantan los paseos y el agua, adora pasar horas y horas nadando. No le gusta nada nada cuando Romi le pone límites y le para el juego.
Todos y cada uno de nuestros enanos tiene su carácter y su personalidad. Cada uno de ellos nos enseña algo importante y ha llegado a nuestras vidas para nada más que llenarnos de amor, felicidad y pelos. Desde nuestra experiencia con la adopción, definitivamente os invitamos a adoptar; siempre con conciencia y con cabeza y nunca por capricho, teniendo en cuenta que un perro es un animal que te va a acompañar muchos años.
Los perros se merecen lo mejor que podamos darles, cuidemos de ellos.
¡No compres! ¡Adopta!
Autora: Estefanía Serna